Tras pasar dos años trabajando en Barcelona, Alba -una canaria de nacimiento y malagueña de adopción- retornó a Málaga para convertir en realidad su ilusión:
"Desde que empecé a formarme, hace casi 15 años, tenía claro que algún día montaría mi propio negocio: diferente y divertido".
"Alguna gente viene creyendo que va a salir con el pelo verde y una cresta", cuenta Alba Ballesteros, la propietaria de Handicap, que desde la calle Dos Aceras de la capital ofrece un servicio personalizado de peluquería junto a diversas actividades artísticas.